El Futurismo es un movimiento literario y artístico que surge en Italia en el primer decenio del S. XX. Gira en torno a la figura de Marinetti, quien publica en el periódico parisiense Le Figaro el 20 de Febrero de 1909 el Manifiesto Futurista. Emite la idea de que Italia debe mostrar un nuevo dinamismo, adaptarse al progreso y mirar hacia el futuro, aunque para ello tenga que destruir los recuerdos del pasado. Trata de presentar el movimiento y para ello traza formas de bloque desde diferentes puntos de vista, tal como lo haría a una cámara fotográfica. No quieren nada estático. Sus temas preferidos se encuentran dentro de la vida urbana. Proclama el rechazo frontal al pasado y a la tradición, defendiendo un arte anticlasicista orientado al futuro, que respondiese en sus formas expresivas al espíritu dinámico de la técnica moderna y de la sociedad masificada de las grandes ciudades.
El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado, especialmente en Italia, donde la tradición artística lo impregnaba todo. Quieren crear un arte nuevo, acorde con la mentalidad moderna, los nuevos tiempos y las nuevas necesidades. Para ello toma como modelo las máquinas y sus principales atributos: la fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento y la deshumanización. Dignifica la guerra como espacio donde la maquinación, la energía y la deshumanización han alcanzado las máximas metas.
Sus ideas revolucionarias no deseaban limitarse al arte, sino que, como otros muchos movimientos, pretendían transformar la vida entera del hombre. La estética futurista difunde también una ética de raíz machista y provocadora, amante del deporte y de la guerra, de la violencia y del peligro. Fue politizándose cada vez más hasta coincidir con las tesis del fascismo, en cuyo partido ingresó en 1919 Marinetti, el cual dijo:
"Queremos glorificar la guerra, única higiene del mundo, el militarismo, el patriotismo y el gesto destructor de los anarquistas, las bellas ideas que matan y el desprecio a la mujer."
La característica principal del futurismo es la plástica del dinamismo y del movimiento. El efecto de la dinámica se transmitía en vibrantes composiciones de color que debían producir un paralelismo multisensorial de espacio, tiempo y sonido. Al principio, se valieron para la realización de sus objetivos artísticos de la técnica divisionista, heredada del neoimpresionismo y más tarde se aplicó la técnica cubista de abstracción como procedimiento para desmaterializar los objetos. A partir de estas premisas, la representación del movimiento se basó en el simultaneismo, es decir, multiplicación de las posiciones de un mismo cuerpo, plasmación de las líneas de fuerza, intensificación de la acción mediante la repetición y la yuxtaposición del anverso y del reverso de la figura.
Buscaban por todos los medios reflejar el movimiento, la fuerza interna de las cosas, ya que el objeto no es estático. La multiplicación de líneas y detalles, semejantes a la sucesión de imágenes de un caleidoscopio o una película, pueden dar como resultado la impresión de dinamismo. Crearon ritmos mediante formas y colores. En consecuencia, pintan caballos, perros y figuras humanas con varias cabezas o series radiales de brazos y piernas. El sonido puede ser representado como una sucesión de ondas y el color como una vibración de forma prismática.
Los pintores extraen sus temas de la cultura urbana, máquinas, deportes, guerra, vehículos en movimiento, etc., eliminando progresivamente todo populismo o simbolismo.
Gino Severini (1883 – 1963): pintor italiano considerado como uno de los fundadores del futurismo.
Nació en Cortona el 7 de abril de 1883. Sus pinturas, influenciadas por la fragmentación de la técnica cubista, representan la acción o el movimiento como una turbulenta composición de líneas y formas quebradas. Trabajó también al fresco y realizó mosaicos.
Fue Giacomo Balla, en Roma, quien le introdujo en la pintura divisionista, tendencia que continuó en París a partir de 1906. Allí tuvo contacto con los principales pintores cubistas: Pablo Picasso, Georges Braque y Juan Gris, participando en el desarrolló de ese movimiento.
Supo unir ciencia y arte, rigor constructivo y fantasía inventiva, consiguiendo la más completa felicidad expresiva cuando, entre los años 1910 y 1915, conectó los valores dinámicos del futurismo con los constructivos del cubismo.
En 1910 firmó el Manifiesto de
En su libro “Del cubismo al clasicismo”, publicado en 1921, teorizó sobre la necesidad de una vuelta a la figuración basada en la geometría y la proporción.
Entre los años 1924 y 1934, tras una crisis religiosa, se dedicó a la pintura sacra, realizando numerosas obras para iglesias, sobre todo suizas.
Su obra es una visión caleidoscópica en la que se funde presente y pasado, espacio y tiempo, consiguiendo así una fiesta de luces y colores.
El tren blindado (1915): es un óleo inspirado en una fotografía de unos soldados belgas en un tren blindado, publicada en un periódico ilustrado francés (Álbum de
http://www.epdlp.com/pintor.php?id=370
http://books.google.com.ar/books?id=V36uxTFwGHAC&pg=PA48&lpg=PA48&dq=El+tren+blindado+severini&source=bl&ots=hlprMMhudT&sig=BVllB9F46Kv9AhCny66LYCCvFPs&hl=es&ei=p_XhS6vyN8WBlAfe-KCDAg&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=10&ved=0CEEQ6AEwCQ#v=onepage&q=El%20tren%20blindado%20severini&f=false
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